Capilla

Los titulares de la Hermandad se encuentran ubicados en la nave de la epístola, en la capilla de San Roque, propiedad de la Hermandad.

En agosto de 1727 la Santa Hermandad de la Sagrada Pasión y Vía Sacra de Nuestro Señor Jesucristo comienza a disfrutar en la Iglesia de San Lorenzo del uso de una capilla ubicada en el testero de una de las naves colaterales e inmediata a la del Santísimo, donde se coloca la Sagrada Imagen de Jesús del Calvario, así como una lámpara que le alumbraba, y en el altar, un frontal morado de tafetán doble, dos pares de manteles, cuatro candelabros, una cruz con una efigie de Cristo, unos velos, un nicho de madera tallada, el ara y otras cosas que los hermanos habían hecho a su costo y que además limpiaron y enlucieron para que se pudiera celebrar en él el Santo Sacrificio de la Misa, lo que no sucedía antes por estar sin culto y servir de atarazana.

Esta capilla disponía del patronato de la noble casa de los Serrano, una de cuyas ramas colaterales enlazó con el Ducado de Montoro, título que pasó a la Casa de Alba. Dicho mayorazgo había sido fundado por D. Rodrigo Serrano de Cárdenas. Con la pretensión de ampliar la capilla, el 11 de septiembre de 1756 se llevaron a cabo las pertinentes negociaciones para la compra de un terreno de cuatro varas de largo y cinco de ancho con un árbol de morera utilizado como corral que formaba parte de la casa de Juan Martínez de Zafra, sombrerero de profesión, ubicada en la Calle Mayor de San Lorenzo y adosada al testero derecho de la capilla de San Roque. Dicha venta se concluyó al precio de cincuenta y seis ducados que D. Antonio Serrano de Cárdenas, patrono de la capilla, pagó al contado. El 20 de diciembre de 1760 el patronato recae en D. Luis Toboso Serrano, quien tomó posesión material de los terrenos adquiridos el 16 de noviembre de 1763 tras la aprobación episcopal. El 27 de julio de 1768 se concordó con D. Luis Toboso Serrano la cesión de la capilla a la Hermandad, en lo que estuvo conforme bajo las siguientes condiciones:

1º. Que la Hermandad no pretendería adquirir la propiedad de dicha capilla, sino sólo su uso y el de su altar para las misas, fiestas y funciones que se ofreciesen.
2º. Que habían de hacer en dicha capilla un retablo nuevo, dorado, en cuya medición se colocase la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario y en lo alto la de San Roque, titular de la misma.
3º. Que no se le había de variar el título, que siempre se había llamado y se ha de llamar de San Roque.
4º. Que la Hermandad había de hacer una lámpara de plata para dicha capilla y mantenerla encendida, y los demás adornos necesarios para el servicio y culto del altar.
5º. Que los dos huecos que existían en ella se formaría uno solo, poniendo en sus losas el título que dijese D. Luis Toboso Serrano.
6º. Que en dicho hueco o cripta solamente se habría de enterrar los de la Casa de los Serranos, pero no el hermano mayor ni hermano alguno de la Cofradía.
7º. Que D. Luis Toboso Serrano y sus sucesores habrían de tener siempre libre el uso de dicha capilla como tales patronos.
8º. Que en ella se debían colocar los escudos de la Casa de los Serranos, sin que en ningún tiempo ni con pretexto alguno se pudieran quitar ni variar.
9º. Que por ningún motivo se pudiera salir la Hermandad de la misma, ni llevarse el retablo, lámpara, ornamentos ni demás alhajas, porque de mudarse sólo habría de sacar la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario y nada más.
10º. Que D. Luis Toboso Serrano cedía a la Hermandad en usufructo veintiocho varas cuadradas del corral de una casa a la espalda de la capilla, para que hicieran una sacristía con puerta a la misma, donde pudieran guardar sus insignias, ornamentos y otras cosas.
11º. Que ni D. Luis Toboso Serrano ni sus sucesores en el patronato podrían obligarle a salir de la capilla, y si lo hicieran contra su voluntad tendrán que abonarle como indemnización todos los gastos que en ella hubieren hecho.

Entre 1768 y 1770, durante el mandato de D. Francisco de Castro, se hicieron en la capilla algunas obras cuyo importe total ascendió hasta los 7.917 reales. Los trabajos de albañilería consistieron en rebajar los huecos y formar la bóveda de la cripta, allanar cuatro gradas, abrir una ventana y hacer la cortina y cuerpo del altar, mientras que los trabajos de carpintería se basaron en retocar la imagen de San Roque y construir el retablo de estilo barroco en el que abunda el uso de la rocalla, cuya obra se concertó por escritura pública en 6.250 reales con el tallista Juan Murillo, previo diseño atribuido al retablista Teodosio Sánchez Cañadas.

La parte inferior del retablo se compone de dos puertas laterales cuya intención inicial por parte de los directivos de la Hermandad era la de agrandar la capilla dotándola de sacristía propia. En el cuerpo central del retablo se alberga la hornacina que cobija la Sagrada Imagen de Jesús del Calvario, escoltada a uno y otro lado por dos esbeltas columnas. El ático del retablo se corona con una talla de San Roque, anónima del siglo XVIII, que da nombre a la capilla.

En 1785 se concluye el dorado del retablo, que duró unos tres años, por el dorador Francisco Cobaleda, siendo Hermano Mayor D. Salvador Manosalbas y gastándose en ello la importante suma de 5.400 reales.

Durante el mandato de D. Pedro José Bonrrostro, entre 1811 y 1814, se realizaron unas pequeñas obras de reparación en la capilla, que importaron 242 reales con 16 maravedís.

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