Hermano Mayor

Querido hermano/a:

Habiendo recibido ya la ratificación como hermano mayor por parte del Obispado, es un orgullo ponerme en contacto contigo para saludarte.


Tanto la nueva junta de gobierno, como yo, afrontamos este reto con una inmensa alegría, aunque también enormemente responsabilizados y siendo plenamente conscientes de la institución a la que representamos.


No en vano nos encontramos inmersos en la celebración del tercer centenario fundacional. Todos los hermanos/as, debemos tener perspectiva del legado espiritual e histórico que hemos recibido.


Basta con leer la constitución de la Cofradía o las primitivas reglas, para comprender que hemos adquirido un gran compromiso con Dios y con aquellos primitivos hermanos de la Vía Sacra. Nuestra obligación es transmitir este preciosísimo tesoro con pureza, para que perdure en una sociedad hedonista, en la que prima la inmediatez, que vive de espaldas a Dios y a los valores Cristianos, pese a que son en estos, en el único lugar que encontramos consuelo cuando la enfermedad, las catástrofes, o las vicisitudes del día a día nos golpean. Esa es nuestra ímproba tarea: trasmitir, perdurar.


Tres siglos de historia ya son un amplio bagaje, en la que la institución ha pasado por periodos de esplendor y decadencia.


Venimos de momentos oscuros, incluida una pandemia que nos ha golpeado duramente de forma económica y social. Ahora más que nunca es el momento de aportarle a la Hermandad la luz y la alegría que cada hermano del Calvario lleva dentro.


La máxima aspiración, como proyecto de Hermandad de esta junta de gobierno, es recuperar el músculo humano que aglutinó esta Cofradía en los años noventa. Si bien es verdad que nunca hemos sido una Cofradía grande, en cuanto al número de hermanos se refiere, si se consiguió comprometer a un número elevado de personas que trabajó de forma incansable y  desinteresada para mayor gloria de nuestro Titulares.


Esto solo se consigue con fe, sensibilidad, empatía, humildad y esfuerzo, siendo el máximo exponente de todos estos valores, el recordado José María Gutiérrez Casares, al que nombro con extremo respeto, sin querer usar su nombre en vano y siendo el máximo referente, para  una generación y para mí personalmente, como cofrade del Calvario.


Hermanos/as el camino hacía el Gólgota está marcado y la senda señalizada por esos primitivos hermanos, temerosos de Dios, que construyeron nuestra historia, ahora solo nos queda que tomemos nuestra cruz, con el orgullo y la alegría de ser hermanos del Calvario y sigamos a su Divina Majestad, con la cruz a cuestas, hasta el final de los días.


Alabada sea la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo en los cielos y en la tierra


Juan Hinojosa Luque

Hermano Mayor

Share by: