Constituciones Fundacionales

CONSTITUCIONES PARA LA SANTA HERMANDAD DE LA SAGRADA PASIÓN Y VÍA SACRA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, QUE SE FUNDA EN LA PARROQUIA DEL SEÑOR SAN LORENZO MÁRTIR DE ESTA CIUDAD DE CÓRDOBA, ESTE AÑO DEL SEÑOR DE 1722.


ALABADA SEA LA PASIÓN Y MUERTE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA. AMÉN.


LOS HERMANOS


En el nombre de la Beatísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas, y un solo Dios Verdadero, en quien fielmente creemos, y adoramos, y de la siempre Virgen María Madre Dignísima de Nuestro Redentor Jesucristo, y de los nueve Coros Angélicos, y de todos los Santos y Santas de la Corte Celestial, y en especial del Glorioso Levita y Mártir del Señor San Lorenzo, de quienes esperamos y pedimos su Santísima bendición, desde ahora para siempre jamás.


Determinamos, todos los fieles de Nuestro Señor Jesucristo, que somos y fueron llamados de Su Majestad a esta Santa Confraternidad, de la Sagrada Pasión de Nuestro Amado Redentor, que siendo el objeto único, que hemos obtenido, y tenemos en congregarnos, el frecuentar las consideraciones de lo que Nuestro Señor Jesucristo padeció en su Santísima Vida, Pasión y Muerte, para sanar las dolencias de la culpa, que padecían todos los hombres, y renovar esta memoria en los fieles cristianos por ser esta la única medicina, y más eficaz remedio, que nos ha de asegurar la salvación, reformando nuestras costumbres, renovando nuestras vidas, y llorando nuestros pecados, considerando el inmenso castigo que se merece a la vista de lo que se ensangrentó la espada de la divina justicia, en el Inocentísimo y Manso Cordero Jesús, como fiador de los pecadores; cuyo olvido y falta de consideración en causa (como dice un profeta) de que la tierra de nuestras almas padezca la esterilidad lastimosa de virtudes, y bienes de la gracia, tan advertidas de muchos, como de pocos llorada, para cuyo fin determinamos (concediéndonos el Señor su paternal bendición y su Santísima Madre la Dulcísima y siempre Virgen María, y todos los ángeles y bienaventurados del Cielo, y en su nombre Santísimo, arrodillados, pedimos la visible a nuestro Ilmo. Padre y Pastor el Ilmo. Sr. D. Marcelino Siuri) frecuentar el Santo Ejercicio de la Vía Sacra, en los días que abajo se anotarán por ser esta Obra de singular gozo para Nuestro Redentor y para todos los cortesanos del Cielo, y para los hombres, el universal remedio de sus males y el ejercicio del mayor merecimiento canonizado por tantas sentencias de los Padres de la Iglesia, por tantas revelaciones, por muchísimos milagros, y casos peregrinos que se hallan en las Historias Sagradas, y vida de los Santos, todo experimentado en cuantas almas devotas hay y ha habido en la Iglesia de Dios, pues todos sus bienes, gracias, y dones celestiales, las han merecido mediante la consideración de lo que Nuestro Amado Redentor Jesús padeció en su amarguísima Pasión, y aunque no fuera tan evidente el beneficio que a todo fiel cristiano se le sigue por tan devoto ejercicio, debiéndose practicar por todos los fieles cristianos por sólo imitar a la Dulcísima siempre Virgen María Nuestra Señora, quien fue la primera que se ejercitó con grande veneración y agradecimiento en visitar el Vía Crucis de Su Santísimo Hijo, recibiendo del Señor singularísimos favores y mercedes, con los que quebrantaba la altivez y soberbia de Lucifer y todos sus secuaces, quienes intentaron borrar de la memoria de los hombres, la memoria y veneración de los Altísimos Misterios que el Redentor del mundo, obró en estos Santos Lugares de nuestra redención, persuadido que logrando Él en los mortales el olvido de la Pasión del Redentor, y la ninguna consideración del valor, y merecimiento de su Santísima Sangre derramada, volvería a restaurar su imperio perdido, como lo dijo en un Conciliábulo que hizo después que murió en la Cruz Nuestro Redentor de donde se sigue los grandes bienes que recibirá el pueblo cristiano, en imitar a la Santísima Maestra de las Virtudes, ejercitándose en la Vía Sacra y meditación de la Pasión de Nuestro Salvador, teniendo por cierto ser este el medio más seguro y eficaz para lograr el perdón de nuestras culpas, y la preservación de ellas, y después la eterna Gloria; y así a un religioso capuchino, que para mover a los fieles a la memoria y devoción de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, se ocupaba en hacer unas crucecitas de madera que repartía a los hombres para este Santo fin, los Ángeles Santos con especial alegría de verle en tan piadosa ocupación, ellos mismos le administraban el cuchillo, la lima, y la madera para que las hiciese, cuanto más será Dios glorificado, cuanto más se alegrarán los Ángeles Santos de lo que los hombre se empleen en el santísimo Ejercicio de la Vía Sacra y cuantos mayores serán los favores que pueden esperar, recibir, por manos de los Ángeles Santos, los empleados en esta Santa devoción, por tanto, y para la mayor Gloria de Nuestro Señor, determinamos en reverencia de su Pasión Santísima vivir bajo las reglas, y constituciones siguientes:


CONSTITUCIONES DE LA HERMANDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


1ª.- Ha de ser inviolable de esta venerable Cofradía de la Pasión del Señor erigida en la Parroquial del Señor San Laurencio Mártir, de esta ciudad de Córdoba o en ermita, o en santuario que esté sujeto a dicha jurisdicción parroquial, y en su recinto, que todos los viernes del año por la tarde y todos los domingos y fiestas de guardar, saquen la Vía Sacra al Campo y Calvario del Marrubial o a otro que parezca más conveniente al Hermano Mayor, y albaceas de nuestra cofradía, exceptuándose todos los días de Pascua, de la Navidad de Nuestro Señor, los de la Gloriosísima Resurrección y los de la Pascua del Espíritu Santo, porque los hermanos de esta Cofradía estén desocupados estas tres Pascuas para que la celebren con regocijo espiritual y a imitación de Nuestra Santa Madre Iglesia. Pero saldrán los días de carnestolendas.


2ª.- Y porque se moverán más los fieles a devoción y a seguir a Nuestro Señor en este Santo Ejercicio por ser de grande atractivo, y ternura del corazón el ver a Su Majestad con la Cruz a cuestas hará esta Cofradía una imagen de Jesús Nazareno muy devota para que en sus andas, y con la mayor decencia de faroles salga el Señor a la Vía Sacra todos los días que tocare salir no habiendo para ello impedimento por el temporal.


3ª.- Interín que se hiciera la Santa Imagen de Jesús, saldrá la Vía Sacra, con una imagen de Cristo Crucificado, con dos faroles altos y delante una Santa Cruz.


4ª.- Ítem, será del cuidado de esta Cofradía luego que tenga la Santísima Imagen de Jesús Nazareno, conservarle noche y día una luz o lámpara, y los viernes y demás días festivos se descubrirá el Señor con dos o más velas encendidas y en uno de los viernes del año el que eligiera el Hermano Mayor y cofrades se le hará al Santísimo Jesús, una fiesta con la mayor decencia huyendo siempre de toda vanidad.


5ª.- Ítem, entre las alhajas que hará nuestra Cofradía, han de ser doce túnicas de lienzo morado, nada fino, que sean telares, y sin ninguna falda, con doce capillos, para cubrir los rostros, llanos y sin invención ninguna, y doce cruces del tamaño proporcionado para flacos y fuertes para que salgan en memoria de los doce Apóstoles siguiendo a Jesús en las estaciones, doce de los hermanos que se nombrarán por su turno o por ser su suerte, los cuales, irán descalzos, o con sandalias de esparto o cáñamo y el que no pudiere se le permitirá su propio calzado; y si los doce nombrados faltare alguno cumplirá el número a otro el más fervoroso, y si faltaren podrán suplir otros devotos aunque no sean hermanos de esta Cofradía, y finalmente saldrán los que hubieren aunque sea uno solo, porque esto mueve mucho la devoción.


6ª.- Ítem, el Viernes Santo el Hermano Mayor convidará un predicador devoto, quien les predique la Sagrada Pasión en el Calvario o en la Iglesia, antes de salir la Vía Sacra, o después, como pareciere a la Cofradía, con tal de que nunca sea de noche, sino que esté acabada a la oración. Y su limosna será dos ducados solamente.


7ª.- Ítem, será obligación de esta Cofradía, cada un año, de Viernes a Viernes Santo, nombrar por Hermano Mayor, que lo será un año, a uno de los hermanos más devotos, el cual cuidará mucho de sacar la Vía Sacra, aunque sea con solo los que lleven las insignias, y el día que fuere lluvioso o hubiere otro legítimo impedimento, se andará en la Parroquia, ermita o santuario a ella anejo, según pareciere conveniente a dicho Hermano Mayor, y más acomodado para todos.


8ª.- El Hermano Mayor nombrado elegirá ocho albaceas de los hermanos que pareciesen más piadosos, a cuyo cargo estará saber los hermanos de esta Cofradía, que estuvieren enfermos, para visitarlos, y consolarlos en sus trabajos, y si alguno de estos estuviere muy necesitado dará cuenta al Hermano Mayor, para que les dé un socorro de las limosnas que hubiere juntas en el depósito de la Cofradía, y si no las hubiere podrá nombrar dos o más hermanos para que entre los cofrades y demás fieles pidan limosna para socorrer al hermano enfermo y necesitado, y callarán el nombre, no sea que acuse rubor al enfermo y hacerle pública su necesidad.


9ª.- Ítem, los albaceas, o cualquiera de los hermanos luego, que sepan, hay alguno enfermo, avisarán al Hermano Mayor, para que en la Vía Sacra rueguen al Señor por su salud, y para este fin aplicarán todos los asistentes el mérito de la undécima estación, y el hermano que leyere, dirá llegando a dicha estación: “Hermanos, apliquemos el mérito de esta estación por tantos hermanos enfermos o por tantas necesidades”. Y como la Santa Caridad, no despide a ninguno de lo mismo se ejecutará por cualquier enfermo o necesitado que se encomendare, por cualquiera de los fieles de Cristo aunque no sea hermano, y lo mismo se ejecutará por cualquiera necesidad pública, como falta de agua o de la salud.


SUFRAGIOS POR LOS HERMANOS DIFUNTOS


10ª.- Luego que muera hermano o hermana de esta Cofradía, darán cuenta los albaceas al Hermano Mayor y éste con todos los demás hermanos que pudieren, asistirán a su entierro con mucha modestia, silencio y Caridad. Le irán encomendando a Nuestro Señor y después se le harán por todos los hermanos los sufragios siguientes:


Tres Vías Sacras, primeros siguientes, se le aplicarán enteramente por todos los hermanos y así se avisará luego que se llegue a la primera estación; después cada uno de los hermanos le ofrecerá cada mes todo el mérito de una Vía Sacra hasta cumplir el año de su fallecimiento que serán doce Vías Sacras las que ofrecerán por cada difunto hermano. Cada hermano, de por sí, además de las tres que le ha de ofrecer la Hermandad, y cumplido el año le ofrecerá la Hermandad otra Vía Sacra de suerte que los sufragios que se han de ofrecer por cada hermano o hermana difuntos han de ser cuatro Vías Sacras de Comunidad y cada hermano de por sí doce; una cada mes.


11ª.- Ítem, cada hermano y hermana aplicará por cada difunto por el espacio de un año, cada mes, cinco Credos, puestos en Cruz, y una parte de Rosario, y también cada mes le ofrecerá el mérito de una Misa oída.


12ª.- Ítem, el día de todos los Santos aplicará la Cofradía, por todos sus difuntos la Vía Sacra de este día, y al llegar a la Iglesia se les dirá un responso, y éstas serán las honras por los hermanos difuntos.


13ª.- Ítem, será obligación de esta Cofradía decir a cada hermano difunto doce Misas rezadas por una vez y por su limosna se dará real y medio de vellón por cada Misa.


14ª.-Ítem, será obligación de cada uno de los hermanos, contribuir a esta Cofradía con la limosna, de dos maravedíes cada semana, los cuales, recogerá el Muñidor que nombrase el Hermano Mayor y Depositario.


OFICIALES DE LA COFRADÍA


15ª.- Se nombrará por el Hermano Mayor, y albaceas, dos o más depositarios, a quienes junto con el Hermano Mayor, se entregarán las limosnas, en el Depósito, tomando cada uno de los tres una llave, y se darán cuentas al dejar sus oficios o antes si pareciere conveniente a nuestra Cofradía.


16ª.- Ítem, se nombrará secretario, a cuyo cargo estará escribir los decretos, nombramientos y elecciones, que hiciere dicha Cofradía.


17ª.- Ítem, tendrá esta Cofradía, otro libro en poder del Hermano Mayor donde se escribirán los nombres de los que fueren recibidos por hermanos, y en su margen se anotará el día, mes y año, en que murió para que sirva de norma para los sufragios que se le han de aplicar.


18ª.- Ítem, se nombrará quien lea las estaciones, que tenga buena voz para que lo oigan todos, y este o a otro hermano devoto, irá echando saetas de la Pasión y otras de devoción y desengaño, para que se muevan con ellas a compasión y a desprecio del mundo.


19ª.- Ítem, tendrán los depositarios un libro de cargo donde se apunten las limosnas que recibe, y otro donde se anoten los gastos, para su descargo en cuentas, y otro se entregará al Muñidor con los nombres de todos los cofrades para que pueda juntar las limosnas, anotando en él quien son los que pagan.


20ª.- Además de esto, será regla de esta Cofradía, que se lean estas Constituciones a lo menos cada un año al tiempo que se haya electo Hermano Mayor, para que todos sepan la obligación que cada uno tiene en esta Santa Hermandad.


NORMAS DE CÓMO SE HA DE HACER EL SANTO EJERCICIO DE LA VÍA SACRA


En primer lugar persignarse, un acto de contrición y al fin se dirá: “Señor mío Jesucristo. Por vuestra Santísima Vida, Pasión y Muerte, nos des buena vida y buena muerte”. Luego dirá el lector en voz alta: “Hermanos, iremos meditando esta primera estación la pena que recibió María Santísima cuando se despidió de su Santísimo Hijo para ir a morir, y las penas y congojas que padeció Nuestro amable Jesús cuando oró en el Huerto con tanta agonía que sudó sangre, y las penas y afrentas que recibió en su Pasión llevándole muchas veces arrastrando, pisándole y dándole muchos golpes”. Al salir irá rezando una estación al Santísimo, y después de cada Gloria Patris se dirá: “Señor mío Jesucristo. Por vuestra Santísima Vida, etc. Acabadas las estaciones se leerán el resumen de la Pasión, que estará en el libro, y a cada cláusula responderán todos: “Alabado seáis mi Dios”. Lo mismo responderán cuando se lean las estaciones, y se advierte que la Oración que se pone en tal estación, se podrá dejar de decir siempre que se quiera atendiendo a la flaqueza de muchos, que suelen fatigarse en largos ejercicios. Acabadas las estaciones se partirán rezando tres salves a los Dolores de María Santísima por el remedio y las necesidades espirituales y temporales, de todos los hermanos presentes y por la paz y concordia, etc. Acabada, todos de rodillas empezarán la letanía de la Virgen y se inclinarán hasta la tierra al invocarla: Sancta Trinitas Unus Deus. Y llegando a la Iglesia se dirá una antífona y oración a la Virgen; después, la oración a la Santa Cruz: “Oh Santísima Cruz… etc.”. Y acabada se alabará la Pasión de Nuestro Redentor con que se dará fin: “Sea todo para Gloria de Nuestro Redentor Jesús, y bien de nuestras almas. Amén”.


Nos Don Marcelino Siuri, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Córdoba, del Consejo de S.M. etc.


Habiendo visto las reglas, y constituciones antes escritas, que con nuestro permiso se han formado, que se componen de XX Capítulos, para el mejor régimen y gobierno de la Cofradía, Hermano Mayor, y Albaceas de la Hermandad de la Santísima Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y Vía Crucis que se ha de servir en la Iglesia Parroquial del Señor San Lorenzo Mártir, de esta ciudad, Iglesia, o ermita de su distrito; las aprobamos, y confirmamos, en todo y por todo como en ellas se contiene, y damos nuestra bendición y licencia para que se pueda erigir, fundar, e instituir dicha hermandad, confraternidad, y cofradía, con el dicho título y vocación de la Pasión de Cristo, y Vía Crucis, sin perjuicio de los derechos Parroquiales, y contar que siempre haya de estar sujeta a nuestra Jurisdicción, y vista ordinaria.


Dado en Córdoba a veinte días del mes de Julio de mil setecientos veinte y dos años.


Marcelino, Obispo de Córdoba.


Por mandato de S. Ilma. el Obispo mi Señor.

Francisco del Castillo y Heredia.

Secretario.


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