1918-1936

José Morales Torres, feligrés del barrio de San Lorenzo y conocedor de la existencia de una antigua Cofradía consagrada al culto del Nazareno de la Vía Sacra, concibió el proyecto de reestablecerla con el apoyo del párroco Salvador Roldán Requena, logrando ver premiados sus afanes y conseguidos sus propósitos con la adhesión de numerosos vecinos del barrio y extraños al mismo. Así, en 1918 se reorganizó la Hermandad bajo la denominación de Nuestro Padre Jesús del Calvario, cumpliéndose su deseo de sacar ese mismo año la imagen de Jesús del Calvario en la procesión del Viernes Santo.



Se establecieron como prioridades ejecutar unas nuevas andas para los años venideros, procurar la unión de la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor venerada en el convento-hospital de Jesús Nazareno, y redactar un reglamento para el gobierno de la Hermandad.


La recién reorganizada Hermandad comenzó a contar con el acompañamiento de la imagen de las monjas hospitalarias de Jesús Nazareno, conocida también en un principio como Nuestra Señora de los Dolores, en la salida procesional del Miércoles Santo de 1919. La incorporación de la dolorosa obligó a acordar el 13 de enero de 1920 que en lo sucesivo esta Hermandad se titulase de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.


Como el mejor medio para reunir dinero con destino a las nuevas andas del Señor, se organizó una tómbola en la fiesta y verbena de San Lorenzo, con cuyo producto se logró aceptar la proposición de Manuel Morales Pérez como la más artística de diseño y más ventajosa en precio. Asimismo se encomendó el dorado de las mismas a Rafael Díaz Fernández, quedando satisfecha una de sus aspiraciones más sentida y urgente el Miércoles Santo de 1920. Al año siguiente se acordó hacer unas andas nuevas para la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, construidas por Manuel Morilla y estrenadas ese mismo Miércoles Santo.


La Semana Santa de 1922 ofreció la particularidad de la celebración de la salida procesional el Martes Santo en unión con las imágenes del Santo Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias acompañadas por sus respectivas cofradías, saliendo todas de la parroquia de San Lorenzo. La experiencia no volvió a repetirse al año siguiente, pues únicamente procesionaron el Miércoles Santo las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.


En la procesión del Miércoles Santo de 1924 se estrenó en el paso de Jesús del Calvario la figura de un Cirineo, revestido con ropas confeccionadas por las hermanas de Jesús Nazareno, que ayudó al Señor a llevar la Cruz y que fue realizada en los talleres Casadevall de Olot.


El Miércoles Santo de 1925 volvieron a salir conjuntamente las hermandades de Jesús del Calvario, Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias y se innovó en el desfile procesional con cinco soldados romanos montados a caballo escoltando al paso de Jesús del Calvario y que captaron la atención de los cordobeses al ir enteramente caracterizados en indumentaria y armas. Curiosamente hasta 1931 siguió formando parte de la procesión de Jesús del Calvario la Hermandad del Santísimo Cristo de Gracia.


La Cofradía protagonizó una etapa de auge durante el mandato de Juan de Austria y Carrión y pudo ponerse a la altura de las mejores y más ricas de Córdoba por la suntuosidad y esplendidez de sus fiestas religiosas.


La pujanza de la Hermandad quedó truncada en 1931 con la proclamación de la II República que significó la supresión de los desfiles procesionales de 1932, 1933 y 1934. La Semana Santa de 1935 contó únicamente con la procesión oficial del Santo Entierro, de la que formó parte la venerable imagen de Jesús del Calvario acompañado por el clásico piquete de romanos a caballo. En 1936 sólo procesionó la Virgen de las Angustias bajo un ambiente de tensión contenida.


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